Por: Willi Rivero
Durante siglos y décadas la prensa escrita ha sido el medio de
comunicación líder, surgiendo la radio, el periódico sufrió las consecuencias
de compartir su nicho de mercado con un competidor, así mismo llega la
televisión y se incluye en la competencia de satisfacer la necesidad de
informarse, pero, ¿qué pasa si cualquier persona puede tener su propio medio?
Las nuevas tecnologías hoy nos ofrecen miles de herramientas gratuitas que
sirven para informar, entretener o educar y cualquiera las puede utilizar.
Así mismo, con el auge del internet, el proceso evolutivo de la
globalización se descubrió acelerado pues la web ha creado una conexión directa con el mundo entero,
luego esta conexión ofrece múltiples modos de compartir cualquier tipo de
información.
Luego, la era digital, hoy representa el cambio tecnológico de la
industria a la virtualidad donde el mundo no gira en torno de la máquina a
vapor sino de un computador ya que la producción de textos, sonidos, imágenes
estáticas o en movimiento está siendo abarcada en su totalidad por el internet.
El periodista digital, introducido en la web cumple básicamente las
mismas funciones que en un medio tradicional, pues se manejan los mismos estándares
de calidad para la difusión de noticias en lo que concierne a la respuesta de
las 5 W’s y la redacción en pirámide inversa, sólo se destaca que los medios
virtuales son fugaces pues los cibernautas no consumen un documento extenso,
aunque eso depende del lector y de los primeros párrafos si este atrapa al
lector.
Al igual que en cualquier medio, sea prensa radio o televisión, se
deben tener en cuenta aspectos éticos que fundamentan la profesión del
periodista, pues este no debe caer en lo que conocemos como fuentes falsas,
sensacionalismo y otras acciones, todo por tratar de buscar inmediatez y ganar
audiencia. Luego, el ejercicio no se hace
a cabalidad de la deontología de la Comunicación.
Como un medio de difusión alternativo, la web ofrece un proceso
comunicativo horizontal, este consiste en que el medio puede generar un proceso
de retroalimentación con la audiencia, es decir al enviar una noticia esta es
sometida a los comentarios de los lectores. Gracias a esta interactividad en la
comunicación el medio recibe comentarios que aportan a la regulación de los
contenidos que se están difundiendo al igual que en la televisión existe el
defensor del televidente propuesto por la CNTV.
Cabe destacar que la horizontalidad a veces se presta para contacto
directo y específico con una persona, si llegado al caso dicha persona es
vulnerada, esta puede defenderse por medio de organismos estatales que vigilan
e investigan los movimientos poco legales de internet.
La oficina de delitos informáticos ofrece un servicio de
defensoría del cibernauta, si este considera que se le vulneran los derechos como
injuria y calumnia o que haya recibido algún tipo de amenazas puede denunciar
en cualquiera de las oficinas de la fiscalía o en el ministerio de Nuevas
Tecnologías.
La efectividad de este organismo estatal depende de la gravedad
del asunto denunciado, aunque pocas personas desconocen esta oficina para
denunciar sólo se limitan a la instancia de la página web dando click en el
vínculo “denunciar” y esperar a que un webmaster considere viable la denuncia y
prosiga a banear o restringir el acceso a quien cometa dicha falta.
Cada día quienes tienen acceso a internet son las personas del
común y por qué no las marginadas, las políticas del gobierno nacional y del
Ministerio de Nuevas Tecnologías han
creado políticas públicas que pretenden llevar computadores a zonas marginadas y
rurales con una conexión de banda ancha.
Hay que tener mucho cuidado con esta nueva audiencia que se
encuentra por ser montada en el barco de navegación de internet, el papel de
quienes difunden la información están por poseer una herramienta de manejo de
masas, obviamente esta podrá obtener resultados beneficiosos si se utiliza
adecuadamente y con el objetivo de buscar el bien común.
Aunque es considerable que las intenciones del gobierno son las de
seguir manipulando a la comunidad, el comunicador no debe quedarse en vilo pues
este posee el poder de la palabra y por simple principio moral de su profesión
este debe luchar contra los usos negativos hedonistas que se le de a esta herramienta.
El comunicador sigue con la responsabilidad de investigar y
fiscalizar como lo dice Jorge Faundes.
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